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Gardel, Vuelo Siniestro, Medellín

SUCESO GARDELIANO N°2 - 03/09/2019

Gardel, Vuelo Siniestro, Medellín, 24 de junio de 1935 

Recopilación de la obra inédita de Alfonso Uribe Misas y el expediente judicial encontrado en el altillo de la universidad de Medellín en el año 2014 

Recopilación de la obra inédita: “La Verdad sobre el accidente aéreo de Carlos Gardel” de Alfonso Uribe Misas, libro prohibido por el gobierno de Colombia en el año 1938, que incluye los expedientes judiciales ocultos en su época, hallados en un altillo de la universidad de Medellín en 2014. 

La vida de Carlos Gardel despierta en Argentina y en todo el mundo, una pasión única que forma parte activa de nuestra vida a nivel consciente e inconsciente. Cualquiera puede reconocer las frases “Soy Gardel” o “Sos Gardel” ó “Andá a cantarle a Gardel” y al mismo tiempo desconocer la historia de este excepcional artista.

El mito de Carlos Gardel nace fundamentalmente en aspectos de su vida que no están esclarecidos, y entre ellos se destaca especialmente el accidente aéreo en Medellín. Se logró conseguir el expediente jurídico que en su momento fuera ocultado a la totalidad el público debido a las consecuencias que el conocimiento de éste podía implicar para la aviación colombiana. A partir de dicho expediente publicamos este libro sobre la verdadera historia que hasta el presente se intentó ocultar. El hallazgo de estos documentos y el meticuloso trabajo de investigación realizado por por Mauricio Umana, cierra un capítulo de nuestra historia dando espacio a la Verdad sobre quien fuera el máximo exponente de la canción popular argentina y universal del siglo pasado y embajador eterno de nuestra cultura.

 
BREVE SÍNTESIS

El libro pretende echar luz sobre los 83 años de incertidumbre transcurridos desde el accidente, y exponer por primera vez, la verdadera historia y el posterior juicio sobre el accidente aéreo en Medellín, Colombia, ocultado hasta la fecha por el gobierno colombiano, sobre la base de libro proscripto de Alfonso Uribe Misas, abogado apoderado de la “Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos” (SCADTA), durante los procesos judiciales instaurados luego del siniestro aéreo del 24 de junio de 1935, titulado “La verdad sobre el accidente aéreo de Carlos Gardel”, cuya publicación fuera censurada. 

El libro pondrá a disposición del público toda la documentación recuperada de los expedientes judiciales y del libro escrito por Alfonso Uribe Misas, abogado apoderado de la “Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos” (SCADTA).

Sumado al hallazgo de los expedientes en un altillo de la universidad de Medellin, se expondrá el expediente judicial desaparecido en el año 1938, recuperado hace tan solo cuatro años, aún vedado al público, y la copia a la que la Fundación pudo acceder excepcionalmente.

El accidente se produjo durante el proceso de despegue del avión Ford Trimotor “F-31” del “Servicio Aéreo Colombiano” (SACO) que, al mando del aviador colombiano Ernesto Samper Mendoza, perdió el control saliéndose de la pista para estrellarse contra el Ford Trimotor “Manizales” de la empresa SCADTA, al mando del aviador alemán Hans Ulrich Thom, quien esperaba su turno de despegue en la zona de seguridad que se le había autorizado. El siniestro aéreo dejó como saldo final la muerte de 17 personas, entre las que se contaban Carlos Gardel, el mayor exponente del tango rioplatense de todos los tiempos, cantante, compositor y actor, algunos de los miembros de su comitiva artística e importantes personalidades.

La empresa SACO, propietaria del avión que ocasionó el accidente, pretendió descargar la responsabilidad de lo ocurrido, inculpando al piloto Thom de la línea SCADTA, basándose en absurdas teorías.

Ese mismo 24 de junio de 1935, los Directivos de SCADTA solicitaron los servicios del abogado Alfonso Uribe Misas con el fin de representar a la compañía en los procesos judiciales vinculados a la investigación del siniestro aéreo. De inmediato Uribe Misas solicitó la “Inspección Ocular” como instrumento de defensa de SCADTA ante las acusaciones de la empresa SACO.

El destino ha querido que luego de décadas de tinieblas, sea posible con esta publicación que la Verdad salga a la luz. Como bien escribió el mismo Alfonso Uribe Misas, citando un versículo de Lucas el Evangelista: No hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni nada escondido que no haya de ser conocido.

EXPEDIENTES JUDICIALES

Como consecuencia de la tragedia aérea ocurrida el 24 de junio de 1935 en Medellín, se originaron dos procesos judiciales, uno de carácter penal y el otro civil: 

a. El Proceso Penal

Con el proceso penal ya en marcha, los primeros investigadores que llegaron al aeródromo Olaya Herrera de Medellín, luego de practicar las diligencias iniciales y de presentar los resultados de sus primeras investigaciones, fueron relevados, nombrándose una segunda comisión investigadora que fue enviada desde Bogotá encabezada por el Prefecto Judicial y con la presencia de peritos del Departamento de Aviación Civil perteneciente al entonces Ministerio de Guerra.

El Juez y el Tribunal, considerando que en la catástrofe pereció todo aquel que pudiera ser penalmente responsable de ella, resolvieron que no se podía llevar a juicio criminal a nadie. Así se dio por concluida la actuación de carácter penal.

Los nueve cuadernos que contienen el expediente judicial, conformados por cientos de folios, fotografías y planos, se archivaron fuera del alcance del público. Hoy en día estos documentos se encuentran intervenidos por el Gobierno Nacional de Colombia, el que solicitó que fueran enviados al Archivo Nacional para su restauración. El estado de conservación resulta lamentable, ya que además de haber sido saqueado en múltiples ocasiones, han desaparecido los cuadernos con los números siete y ocho.

b. El Proceso Civil El abogado Alfonso Uribe Misas, contratado por la empresa SCADTA el mismo día del accidente, procedió a solicitar la realización de una “Inspección Ocular” con el fin de anteponerse a cualquier demanda de carácter civil, fundamentalmente por las acusaciones infundadas por parte de la compañía SACO, que pretendía desviar la atención de lo sucedido acusando al aviador de SCADTA como responsable del siniestro aéreo. El apoderado de SACO objetó el dictamen de la mayoría, pero el Juez rechazó las objeciones y las declaró infundadas, en la sentencia datada el 3 de noviembre de 1936. Dicha sentencia se apeló. En febrero de 1937, durante la presentación del alegato de segunda instancia y al final de sus conclusiones, el abogado Uribe Misas completó así su intervención:

ÚNICOS RESPONSABLES DEL SINIESTRO 

1º El Gobierno Nacional de Colombia, por haber expedido una patente para el manejo de aviones trimotores con pasajeros y carga;

2º El Servicio Aéreo Colombiano (SACO), por haber confiado el manejo de aviones trimotores con pasajeros y carga a un piloto inexperto, por cuyos actos deberá responder dicha empresa;

3º El aviador Samper, por haber tomado bajo su comando personal el manejo de aviones trimotores con pasajeros y carga, sin haber recibido la instrucción técnica necesaria para ejercer tan delicado oficio.

A continuación de que se fallara en contra de la compañía SACO en mayo de 1938, la totalidad de la actuación Civil fue archivada.

 

Las especulaciones tras el siniestro aéreo

Inmediatamente ocurrido el siniestro aéreo comenzaron las especulaciones y la tergiversación de las causas reales que ocasionaron el accidente. Los Directivos de la empresa SACO trataron de inmediato y por todos los medios de culpar por la responsabilidad del siniestro al aviador alemán de SCATDA, que se encontraba detenido en la pista con su avión Ford Trimotor “Manizales” esperando su turno en la zona asignada para esperar el despegue.

 

El negocio de la aviación en América

La empresa aérea Pan American Airways (PAA), con el apoyo financiero y logístico del gobierno de los Estados Unidos, había logrado montar un gran monopolio de la aviación en las Américas, absorbiendo a todas las grandes empresas de aviación con la intención de obtener los contratos de correo de la US Post Office. En 1929 PAA adquirió la Compañía Mexicana de Aviación (CMA) y aprovechando la prestigiosa imagen de Charles Lindbergh, cerraría su círculo sobre el Caribe. Esa ruta fue extendida hasta Santiago el 21 de julio de 1929 y hasta Buenos Aires el 12 octubre del mismo año.

Con la adquisición de la “New York, Rio and Buenos Aires Line” (NYRBA Airlines) se incorporaron a la PAA los fabulosos botes voladores “Consolidated Commodore”, de los que NYRBA ya poseía once, debido a que su fabricante era socio de la aerolínea.

El viaje del cuerpo: La trastienda política 

Armando Defino arribó al Cementerio de San Pedro de Medellín en la tarde del día martes 18 diciembre de 1935 para asistir a la ceremonia de exhumación. Al día siguiente, el féretro junto con las 20 maletas y baúles del equipaje de Gardel fueron llevados muy temprano a la estación de ferrocarril, desde donde partió en tren, pasando por Amargá, para llegar a La Pintada. Allí fueron trasbordados a una pequeña berlina para ser enviados a Valparaíso, municipio de Antioquía, Colombia. En Valparaíso, el féretro y el resto de equipaje fueron cargados a lomo de mula y caballos a fin de emprender el difícil ascenso al cerro de Caramanta. 

De allí continuaron a Marmato y luego a Suplía. Desde Suplía hasta la ciudad de Pereira se continuó el trayecto en berlina. De Suplía hasta la ciudad de Pereira se prosiguió el viaje y en Pereira se realizó el transbordo al tren que llevaría los restos de Gardel al Puerto de Buenaventura, a donde arribaron el 29 de diciembre de 1935. Este itinerario desde Medellín hasta Buenaventura, que se podría haber realizado en menos de dos horas en avión, se prolongó por 11 días. En el puerto colombiano de Buenaventura, el cuerpo de Carlos Gardel y su equipaje fueron embarcados en el vapor Santa Mónica para ser transportados hasta Panamá. Allí se trasbordaron al buque Santa Rita para cruzar el Canal de Panamá y luego seguir con rumbo a Nueva York, a donde llegaron el 7 de enero de 1936. En Nueva York los restos fueron velados a lo largo de más de una semana en una casa funeraria, para luego ser embarcados el 17 de enero en el vapor Panamerican con destino a Buenos Aires, ciudad a la que llegaron el 5 de febrero, tras realizar escalas en Río de Janeiro y Montevideo.

El libro, el poder oculto, intereses

La empresa SCADTA contrató, junto al abogado Alfonso Uribe Misas, la publicación de un libro conteniendo el expediente judicial completo del Proceso Civil. Ese libro estuvo listo para ser publicado hacia finales de 1938, pero en ese mismo momento el Gobierno Nacional colombiano se enteró de su inminente publicación. El propio Presidente de la República se comunicó telefónicamente con Hermann Küehl, gerente de SCADTA en Bogotá, para advertirle acerca de los inconvenientes que podía ocasionarle la publicación del libro, y lo amenazó con represalias en contra de SCADTA si éste se publicaba. Ese Veto contra el libro por parte del Gobierno de Colombia evitó que el público, y en especial los seguidores del gran cantante de tango rioplatense Carlos Gardel, se enteraran de La Verdad sobre las causas de la tragedia aérea del 24 de junio de 1935.

Hoy, el libro “Gardel, Vuelo Siniestro” nos permite leer el expediente completo del proceso civil, sobre el que no conocíamos hasta ahora prácticamente nada. Hemos recuperado el texto en su totalidad al igual que las fotografías que acompañaban dicho expediente, y que se incorporaron al libro.

Esta publicación ha sido enriquecida con información adicional proveniente de los documentos de la PAA que están alojados en la biblioteca de la Universidad de Miami (archivados en cajas), y de la copia que hemos obtenido de siete de los cuadernos de los Expedientes del Sumario presentado por la Prefectura Judicial.

Ochenta y dos años más tarde, todavía permanecen activos muchos intereses orientados a impedir que esta información se dé a conocer al público, ya que en ella están involucrados muchos personajes de gran trascendencia en la historia de Colombia.

Ernesto Samper Mendoza fue un niño rico al que la prensa local mitificó y engrandeció, movida por intereses políticos y fines ocultos, hasta llevarlo a convertirse en el gran héroe de la aviación colombiana, comparable para ellos con Charles Lindbergh.

Samper fue enterrado con honores militares, por decreto dictado por el Presidente de la República. La prensa y en especial el diario El Tiempo, se mostraron pletóricas de elogiosos titulares y grandilocuentes referencias al gran héroe.

El gobierno colombiano tuvo ciertamente una gran responsabilidad en el siniestro aéreo. Esto lo llevó a relevar al primer grupo de peritos que iniciaron la investigación, y a nombrar en su reemplazo a los responsables directos de regular la actividad de la aviación civil en Colombia. De esta forma se aseguró que las causas reales del siniestro nunca fueran divulgadas, pero al final “La Verdad sale a flote, derrumbando todas las barreras que la oprimían”.

Realidad aumentada

Gracias a las nuevas tecnologías, hoy un libro puede cobrar vida por sí mismo. A este libro le hemos agregado a través de la tecnología de código QR, la última película filmada en Bogotá con la despedida de Carlos Gardel, filmada diez días antes del accidente, y también una simulación del accidente incluyendo más de 150 fotografías extraídas del expediente y varios otros documentos, que revelan la realidad de lo ocurrido.