• Categoría de la entrada:Suceso

Gardel en la pantalla grande, su último gran desafío.

SUCESO GARDELIANO N°26 - 11/12/2020

GARDEL EN LA PANTALLA GRANDE, SU ÚLTIMO GRAN DESAFÍO 

11 de diciembre día Nacional del tango, en reconocimiento al nacimiento de Carlos Gardel y Julio De Caro.

Hoy estamos festejando un nuevo aniversario del nacimiento Carlos Gardel y por consiguiente el día del tango. Su legado fue pasando a través de varias generaciones sustentado por la pasión de gardelianos que mantienen vivo su recuerdo, pero las nuevas generaciones se han distanciado, en general, no recuerdan ni conocen su gesta, que es un ejemplo para recordar.

Les quiero proponer una historia que involucra a Charles Chaplin, Carlos Gardel, y a julio De Caro, y que podríamos afirmar que fue el nacimiento del cine Gardeliano, y la consagración del Zorzal criollo.   

UNA NUEVA AMBICIÓN COBRABA FORMA EN SU MENTE, EL CINE SONORO  

Tras el nacimiento del cine sonoro en New York en 1927, llega la novedosa tecnología a Buenos Aires, con algunas resistencias de parte de los miembros de las orquestas de tango que creían –por ejemplo- que esto acarrearía la ruina para ellos. Pese a las protestas, los primeros equipos de sonido comenzaron a arribar al país. A principios del 30 se confirmó que Argentina era el país que más películas importaba de los Estados Unidos después de Gran Bretaña.

 

En 1929 una nueva ambición cobraba forma en la mente de Gardel, la idea de filmar lo obsesionaba y la Argentina parecía ser el lugar obvio para lanzar esta nueva carrera. Gardel ya tenía la idea de poder colaborar en una película y ambicionaba participar como protagonista en un largometraje. Lo perseguía la idea de filmar —en cualquier parte, de cualquier modo— aunque, al partir de Buenos Aires, aún tuviera sólo una vaga idea de cómo hacerlo. 

Esto hizo que el primero de octubre el año 30, Carlos Gardel, José Razzano y Francisco Canaro firmaron un convenio para el desarrollo de obras musicales y cinematografías, este decía: 

Páginas del contrato firmado entre Carlos Gardel, José Razzano y Francisco Canaro.

“En la ciudad de Buenos Aires a los un días del mes de octubre del año 1930 (mil novecientos treinta), entre los señores Carlos Gardel, domiciliado en la calle Jean Jaures setecientos treinta y cinco, José Razzano, domiciliado en la calle Esteban Bonorino cuatrocientos treinta y siete y Francisco Canaro domiciliado en la calle Tagle dos mil ochocientos setenta y seis de esta ciudad, se conviene lo siguiente: 1° Los nombrados constituyen una sociedad denominada “Unión Argentina”, Sociedad Difusora de Obras Musicales y Cinematográficas, la que tiene por objeto: Representar, Administrar, Percibir y Adquirir obras musicales con o sin letra, (difundir estas en discos fonográficos (por cualquier procedimiento mecánico o eléctrico), en ediciones impresas en papel, grabaciones en rollos para auto-piano y en todas las manifestaciones del cinematógrafo”… 

Días más tarde, a fines de mes de octubre, estarían filmando, en los estudios propiedad de Federico Valle, estarían firmando lo que denominaron “films con Sketch” o “encuadres musicales”. Debido a que se trabajaba con grabación de sonido directo se tomaron algunas precauciones para asegurar el aislamiento sonoro, aunque las soluciones elegidas fueron bastante primitivas. Morera adquirió un género utilizado para trapo de piso y lo recubrió con una sustancia que los bomberos usaban para sortear la acción del fuego. El resultado de este sencillo procedimiento debió haber sido alentador ya que después se lo aplicó en los estudios de Radio Belgrano y en los del Río de la Plata, de Francisco Canaro. Para tapar el sonido de la cámara Bell & Howell que se utilizó en el rodaje se recurrió a un simple almohadón, prestado por una vecina del estudio. 

Gardel filmó una serie de 15 cortometrajes, dirigidos por Eduardo Morera, pero en el proceso de su procesamiento se perdieron 5, quedando 10 para su exhibición. Tras la aparición hace unos años del “quinielero”, el número 11, solo se habrían perdido 4 de ellos.

Estos films permitían el lucimiento de Gardel en la promoción del novedoso film sonoro. Gardel manifiesta en uno de ellos: “Aquí ando, hermano, dispuesto como siempre a defender nuestro idioma, nuestras costumbres y nuestras canciones con la ayuda del film sonoro Argentino”. El hecho fue trascendente, tanto en la vida del hombre que nos ocupa como en el mundo del espectáculo, porque su innovación generó el primer video clip de la historia.

Gardel con integrantes de la orquesta de Francisco Canaro ensayando para Viejo smoking, 1930.

Los cortos se estrenarían recién al año siguiente, el 3 de mayo de 1931 en el Cine Astral, con un programa especial, donde aparecerían por fin anunciados: “Carlitos Gardel en su primer film sonoro: Viejo smoking, Padrino pelao y El carretero”, como complemento del film Ángeles del infierno de Artistas Unidos.  Los cortos continuarían alternándose en cartel durante todo el año y también los años siguientes (especialmente después de que Gardel filmara en París).

Gardel pretendía utilizar estas filmaciones para promocionar no solo sus canciones, sino también su potencial en la actuación. Pero el sentía que su futuro estaba en Europa. 

Julio De caro escribió en sus memorias De Caro recordaría que, en un paseo nocturno con Gardel, después de la actuación de su orquesta en el Empire en Niza, Francia, en marzo de año 31. Cuando se dieron la mano para despedirse, Gardel le dijo (según recuerda de Caro): “No te vayas, Julio. Mirá, Buenos Aires es una gran ciudad. Yo siempre añoro tanto esas calles, los amigos, las carreras, pero en verdad, cuando me encuentro en ella me dan deseos de volverme, de irme lejos… El público nos quiere mucho, pero se hace muy cuesta arriba quedarse en Buenos Aires para ganarse el pan. No te vayas, quedate aquí y volvé a Buenos Aires de cuando en cuando, como hago yo”. Julio de Caro, grabo esta conversación en la memoria) Era una confesión reveladora en la que Gardel admitía conscientemente que la Argentina ya no era el centro de su vida y su actividad profesional. 

Sus cálculos eran comprensibles, las oportunidades inmediatas se encontraban en el exterior. Las compañías cinematográficas norteamericanas estaban muy interesadas en conservar la hegemonía que habían ejercido desde un principio en el mercado hispanoamericano y para ello estaban dispuestas a suplementar su producción estándar con producciones especiales en español. Hollywood ya estaba produciendo algunos filmes en español. La poderosa corporación Paramount se inclinaba fuertemente en esa dirección, con estudios no sólo en Nueva York y California, sino también en Francia. La instalación francesa de la Paramount estaba en Saint-Maurice, un anónimo suburbio al sudeste de París.

EL VIAJE DE SU VIDA, FRANCIA 

El 6 de diciembre de 1930, Gardel y sus “escobas” partieron rumbo a Francia a bordo del Conte Rosso, llegando a Niza para continuar el viaje por tren hasta París. Era su tercer viaje en ese buque de la Lloyd Sabaudo. El 26 de diciembre actúa en el teatro Empire de París, donde nuevamente toma contacto con el público francés, presentándose en los espectáculos de ese Music Hall durante 14 días. Esta partida significó un viraje decisivo en su vida, Gardel iba a utilizar todos los recursos, a su alcance para lograr su sueño; 

En febrero Gardel viaja a Niza a visitar amigos; a pesar de la Depresión, la Riviera continuaba siendo el centro de diversiones de los ricos y ociosos de Europa. Su temporada invernal atraía una horda cosmopolita de aristócratas, millonarios, acomodados y aún a la realeza europea, como ocurría desde hacía mucho tiempo. 

Gardel había logrado en su primer viaje nuevos amigos de la aristocracia francesa y en sus viajes solía frecuentarlos, como el matrimonio Wakefield, sobre todo con su esposa Sadie Baron Wakefield, quien sentía una gran admiración y aprecio por el zorzal, y seguramente fueron quienes contribuyeron, desde varios puntos de vista, al posicionamiento del zorzal en las altas esferas. Tampoco es sencillo argumentar sobre los hechos, que han surgido desde los rumores, que realmente son muchos y variados, pero sí podemos afirmar de su amistad estaba bien consolidada. Gardel pasaba su tiempo en compañía de los Wakefield y es probable que el Chrysler motor 12070 fuese un regalo de Sadie o de la pareja, así como tantos otros regalos. Y en varias de las fotos que conocemos de Niza Gardel se encuentra en la mayoría muy cerca de Sadie Wakefield.

Días más tarde en mes de marzo, llegaba a Niza Julio de Caro, director de una de las mejores orquestas de tango, que iniciaba una gira por Europa y debía actuar en el Palais de la Mediterranée.  El jueves 26 de marzo su orquesta debutó en el casino, en una centelleante función de gala. De Caro mismo cuenta la anécdota: 

Instalada la orquesta en el escenario … y yo, a punto de hacer mi primera presentación en el Palais de la Mediterranée, impresionado por la dimensión de aquel salón colmado de público, sentí vacilar mis piernas… y no era para menos poder, a duras penas, mantenerse en pie… por sobrehumano esfuerzo. En ese crucial instante, abierto el cortinado, se dejó oír una voz en francés, partiendo de la multitud, requiriendo un minuto de silencio. “Señoras y señores, he viajado ex profeso desde París hasta esta maravillosa Costa Azul, no esta vez para admirar su paisaje, sino para acompañar en su noche de debut a este compatriota mío, gran intérprete del tango argentino… que, al igual que yo, les brindará lo mejor de su espíritu en la música, y ya que ustedes me dispensaran el aplauso del éxito, pido otro para Julio de Caro.” Terminado el discurso, ya acostumbrado a la luz de los reflectores, pude localizar a Carlos Gardel, parado al lado de su kilométrica mesa, cuyos invitados serían unas cien personas, destacándose elegantísimo dentro de su impecable frac.

Sexteto Julio De Caro.

Tras sus palabras de enorme aliento, renació la calma, De Caro atacó su primer tango, reflexionando sobre el “milagro de evolución” operado en su amigo, el oscuro cantor de barrio, el Morocho del Abasto, que se había transformado mágicamente en este aplomado hombre de mundo que se codeaba grácilmente con la alta sociedad de Europa.

CHAPLIN LLEGA A NIZA

La estrella de cine más célebre del mundo, Charles Chaplin, que iniciaba un peripatético año lejos de Hollywood mientras gozaba de la gloria de su film “Luces de la ciudad”, había recibido los halagos de Londres y París. Luego de múltiples agasajos por el lanzamiento de su película, Chaplin, agotado, huyó a la Costa Azul a visitar a su hermano Sydney y a un amigo, Frank Jay Gould, empresario propietario de los hoteles Majéstic Hotel y del Casino de Niza, donde Gardel tenía contrato para actuar. Gould utilizaba la figura de Chaplin por su fama internacional para promocionar sus inversiones en la costa francesa. Tras el arribo a Niza de Chaplin, Gould organizó una cena en su casino de Juan Les Pins, donde hubo varios invitados entre los que se encontraba el zorzal, existe el rumor de que Chaplin invito al Gardel a su mesa y compartieron una botella de champagne.

A mediados del mes de abril Mrs. Wakefield agasajó al gran actor inglés, seguramente por su cumpleaños; May Reeves una bailarina con quien Chaplin estaba iniciando un breve y no publicitado romance, describe así el episodio: “Había unos cuarenta invitados”. [El cuarto estaba iluminado por lámparas chinas.] “Chaplin estaba en muy buena forma. Un cantor argentino, acompañado por un guitarrista, cantó en su honor, mientras Chaplin, instalándose detrás del bar, se llevaba a la boca una enorme botella de coñac y cortaba una torta gigantesca con un cuchillo descomunal.” Más tarde, para deleite de los presentes, Chaplin improvisó algunos sketches cómicos y es muy probable que Gardel cantara para él por lo menos en una ocasión. En las fotos que se conocen del evento se ve al zorzal muy cercano a Chaplin.

Estos festejos, por gratos que fuesen, no podían durar para siempre. Tanto Gardel como de Caro debían trabajar. De Caro y su orquesta siguieron rumbo a Italia, Gardel regresó a París a fines de abril, con el objeto de reanudar sus actividades y seguir adelante con sus planes de filmación.

Sadie Baron Wakefield, junto a Charles Chaplin y Carlos Gardel.

Todas estas reuniones en la Rivera francesa, con los más ricos de Europa, junto a la figura de Charles Chaplin, contribuyeron a afianzar, aún más, a Gardel dentro del corazón de todos los franceses, abriéndole las puertas de par en par, para logran su nueva ambición. 

No sabemos ni podemos afirmar de qué manera, Charles Chaplin y los eventos, (fiestas) del mes de abril del año 31 en Niza, contribuyeron a las ambiciones de Gardel, pero si sabemos que diez días después, estaba firmando contrato con la Paramount Francesa.  

Conjeturemos. Sabemos que Chaplin, era el actor más famoso de la época y producía sus propios films, en su compañía United Artists, está en esencia era competencia de la Paramount y que, en aquella época, el mercado latinoamericano de películas, estaba liderado por las películas americanas y Gardel era el mejor prospecto para esta empresa, “filmaciones en habla hispana”. 

Seguramente existió entre los directivos de Paramount la idea de perder al Zorzal o simplemente la cercanía, que se puede observar en las fotos tomadas en las fiestas, de Gardel junto Chaplin, influyeron en los directivos de Paramount, pensando que Gardel podría firmar contrato con Chaplin, pero es seguro que algo sucedió. 

Estas conjeturas o hipótesis, se podrían confirmar con el contrato que firmó el 1 de mayo del año 1931 Gardel, para la producción de su primer largometraje “las luces de Buenos Aires”. Producción que dejo ver el potencial de Gardel como actor.

EN LA PUERTA DE LA PANTALLA GRANDE

La compañía de revistas Romero-Bayón Herrera había comenzado a actuar en el teatro Palace a mediados de febrero como La Revue Argentine de Buenos Aires, recibiendo muy buenas reseñas. Gardel y los dos dramaturgos comentaron los problemas formales de una película (el tema sería definitivamente argentino) y se acercaron a la organización Paramount. 

El 1° de mayo, en París, Gardel firma el tan esperado contrato con la «Paramount» para intervenir en la película “Las Luces de Buenos Aires”.  Digamos que esta producción de ambiente argentino se concreta debido a la iniciativa del propio cantante y de quienes escriben el argumento: Manuel Romero y Luis Bayón Herrera, destacados autores teatrales que a la sazón se hallan en la «Ciudad Luz», cumpliendo una cruzada artística, al frente de la Compañía de Revistas Porteñas del teatro Sarmiento. Además, tiene gran importancia la exitosa gestión que realizara ante la empresa, el cinematografista chileno Adelqui Millar, quien luego asumiría la dirección de la película y que se cree fueron vitales para el éxito de las negociaciones.

Un mes después de la firma del contrato en los «sets» que la «Paramount» posee en Saint-Maurice, (la mayoría de las bibliografías establece equivocadamente que los estudios se encontraban en Joinville, lugar ubicado en las afueras de París). Junto a Gardel, intervienen en roles destacados: Sofía Bozán, Pedro Quartucci y Gloria Guzmán, que pertenecen a la compañía de revistas mencionadas. El elenco es completado con elementos artísticos argentinos que se encuentran en la capital francesa, son ellos: Vicente Padula, Carlos Baeza, Julio De Caro con su orquesta típica, bailarines, zapateadores y otros.

Julio De Caro regresaba de su gira por Italia a Paris, días después fue convocado en el «Moulin Rouge» por Manuel Romero, Carlos Gardel, Mathos Rodríguez y otro desconocido, julio en su libro contaba “Romero me presentó al anónimo señor, quien resultó nada menos que Arnau, el empresario artístico, teatral y productor con el sello «Paramount», la cuestión es que les estaba faltando otro elemento muy importante para completar la película: orquestación adecuada para su música de fondo; y viendo los amigos en mí, el ‘Maná» que del cielo les llegaba para su cometido, me designaron por unánime acuerdo, negándome en principio, deseando disfrutar los pocos días previos al debut, y así recorrer lugares históricos y museos, añadiendo algo más a lo estudiado y leído; por otra parte, dada esta única oportunidad, me parecía un crimen imperdonable desperdiciarla, cuando no tenía la menor idea de otro regreso a Francia.

Además de este importante raciocinio, en cuanto terminase mi contrato en el «Empire» tenía empeñada mi palabra con el príncipe de Gales, debiendo de inmediato proseguir a Londres, para actuar con mi orquesta en el palacio, festejando el cumpleaños de Jorge V, rey de Inglaterra, y ya, en este estado, las cosas programadas como en casillero, no quedaba en mi agenda el mínimo espacio para añadidos- extras.

Entonces habló Carlos, por boca de todos:

 Miró, hermano, vos no podés largarnos parados en esta emergencia; sé que no lo harás, porque te conozco demasiado.

Bueno, —respondí, resignado—; el hombre propone y Dios hace el resto...

Señor Arnau, ¿qué debo hacer?

Toda la música, leit-motiv, acompañar con su orquesta a Carlos y a la Bozán; luego, en la película, entrará música regional, y en sus manos, zambas, estilos y chacareras; naturalmente, usted pondrá su precio  que pedí de inmediato; 50.000 francos adelantados y 150.000 al finalizar la película, comenzando mi parte al siguiente día y, también, rebajando espontáneamente 50.000 francos.

Equipo de producción y actores de la película “las luces de Buenos Aires”.

El rodaje duró aproximadamente unos veintidós días.

En el mes de mayo en el Palace de París, Gardel cumple un brillante ciclo, que se extiende en forma simultánea, con las tareas que desempeña frente a las cámaras en Saint-Maurice. Siendo el inicio de una carrera que solo pudo frenar la tragedia en Medellín.

 

 

Walter Santoro

Fundación Internacional Carlos Gardel