1917 El primer tango canción
El dúo inicia una serie discográfica para la casa “Max Glücksmann”. “Mi noche triste” sienta las bases para un nuevo género musical: el tango canción. En ese mismo año Gardel protagoniza su primer largometraje (mudo): “Flor de durazno”.
Este es el año de la consagración. Hay tres motivos históricos que convalidan esta afirmación: Gardel realizó numerosas grabaciones para la casa Max Glücksmann, empresa discográfica y cinematográfica de la que no se desvincularía hasta 1933; por primera vez apareció como actor de cine y, además, cantó un tango, “Mi noche triste”, que modificó sustancialmente la propia historia de la canción popular.
Todos estos sucesos dan la clara pauta de su trascendencia artística, y, por otra parte, ya se comienza a notar una evolución en su manera de cantar, fácilmente apreciable al comparar estas grabaciones con las de 1913.
El 9 de abril de este 1917 inició su serie discográfica en Odeón y lo hizo grabando en los viejos estudios de Cangallo casi Callao, junto con el entonces inseparable compañero de dúo José Razzano. El primer tema que dejaron en la cera es “Cantar eterno”. Hasta entonces, ambos se habían presentado en diversas salas teatrales y habían tenido un espaldarazo consagratorio al debutar en el Empire, por entonces escenario de los grandes artistas y “rival” del Esmeralda. El dúo se va imponiendo, teniendo en cuenta que en la época “luchan” con tonadilleras (quienes estaban en plena vigencia), parodistas (fueron los años de auge de esta especialidad) y otros estilistas que —aunque escasos— pretendían imponer su estilo.
Un mes más tarde Gardel se separó momentáneamente de Razzano. Fue en mayo cuando el magno intérprete, contratado por Patria Film, viajó hacia Villa Dolores (Córdoba) para filmar “Flor de durazno”. Resulta casi incomprensible cómo un hombre de más de 110 kilos de peso, que no puede aportar más que sus condiciones vocales (sus aptitudes artísticas eran en ese momento bastante limitadas), haya sido contratado para hacer el rol protagónico en una película. Esto solo lo puede explicar el milagro de su arte, que se va imponiendo pese a no tener mayor difusión discográfica (recordemos que apenas está en sus comienzos con el sello Odeón). Y Gardel filmó.
Tardó tres meses el rodaje, que se plagó de alternativas curiosas y que por momentos peligró seriamente, por problemas del cantor-actor. Un momento depresivo determinó que Gardel intente volver a Buenos Aires, repitiendo sin cesar que como actor “no daba”. Luego de ingentes esfuerzos, el director del film, Francisco Defilippis Novoa, lo convenció para que se quede. Y lo hizo, con la condición de que se le permita cantar en plena película, algo curioso ya que el film es mudo. El rodaje se completa en tres meses. El reparto lo integraban, además de Gardel, Pepito Petray, Argentino Gómez e Ilde Pirovano.
A partir del momento en que Gardel se vio a sí mismo en una cinta por primera vez comprendió que debía bajar de peso para mejorar su imagen en la pantalla grande. Comenzó a realizar ejercicios físicos e intentó moderar su dieta. Como tenía una tendencia natural a engordar, estas rutinas de gimnasia lo acompañaron hasta el fin de su vida.
En los últimos días de julio, el Zorzal volvió a Buenos Aires y siguió actuando en los teatros junto con José Razzano en dupla. Entonces —tal vez él nunca lo supo— cambió radicalmente la historia del tango. En el Teatro Empire, donde fue contratado desde el 31 de julio hasta el 3 de septiembre, estrenó un tango que haría historia.
Téngase en cuenta que hasta el momento el dúo solo interpretaba canciones criollas. Y que el tango canción aún no existía, aunque sí existían los tangos cantados. Pero Gardel inventó un género: por su interpretación, por el sentido de la letra, que no se pone en función de la melodía, sino que se escribe especialmente para ser cantada. Todo hizo que “Mi noche triste” marcara un hito. Aunque, como es dable suponer, al principio el mismo Gardel no se animó a cantarla por miedo al fracaso.
Sobre este hecho fundamental, cabe hacer dos acotaciones. Una de ellas se refiere al lugar del estreno del tango, del que por mucho tiempo se tuvo una información errónea. Siguiendo la versión del libro escrito en 1947 por Francisco García Jiménez (Vida de Carlos Gardel), relatado por José Razzano, se presumía que el mismo fue estrenado por Gardel en el Teatro Esmeralda. Pacientes esfuerzos de investigación pusieron en claro que el suceso se realizó, en cambio, en el Teatro Empire. Esto fue corroborado fehacientemente por el historiador Miguel Ángel Morena.
Por otra parte, vale mencionar que Gardel conoció a Pascual Contursi, autor del tango en cuestión, en ese mismo año. Luego del pasaje por el Empire, el dúo fue contratado para actuar en Chile. Septiembre y octubre son los meses en que Gardel y Razzano se presentaron con suceso en el país trasandino. Con respecto al viaje, un hecho curioso le da un nuevo matiz a la fecunda trayectoria del artista: en ocasión de presentarse en el Teatro Olimpo de Viña del Mar, Gardel bailó el tango “Montevideo” con una tonadillera con quien compartía el cartel, llamada Roxana. La concurrencia lo celebró. En el año viajó a Mendoza, Rosario, San Nicolás y Montevideo.
Durante este período, los nombres de Gardel y Razzano alcanzaron la magnitud de sus compañeros de cartel: Florencio Parravicini, Enrique de Rosas y Luis Arata.