Admiradores de la canción criolla reúnen a “El Oriental” y a “El Morocho” en la casa de un pianista apellidado Gigena, en el Abasto. Posteriormente. En el café “Del Pelado”, ambos comparten una segunda tenida. Enrique Falbi, empresario amigo de Razzano, vincula a los cantores con la sociedad rural del interior bonaerense. Francisco Martino, amigo de ambos desde hacía tiempo y también presente, se entusiasmó con el plan y ofreció unirse a ellos.
- Publicación de la entrada:01/01/1911
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