1924 Reencuentro en Toulouse
Después de debutar en los Teatros Apolo y Price de Madrid, se desvinculan de la compañía, se dirigen a París, con intenciones de explorar posibilidades, y luego a Toulouse, donde se encontraba doña Berta. Ya de regreso en Argentina, son elegidos para formar parte del programa de agasajos protocolares al príncipe Humberto de Saboya, que visitaba el país. Año en que los éxitos se repiten.
Los artistas se presentaron en los teatros Apolo y Price de Madrid, llevando a la escena piezas de neto corte criollo, hasta que, dando un importante vuelco, se desvincularon de la compañía. En vez de retornar a Buenos Aires, Gardel y Razzano siguieron viaje hacia Francia. Como los dos puntos de pasaje en tren que existen o han existido a través de los Pirineos solo fueron inaugurados en 1928 y 1929, y nunca sirvieron para desplazamientos rápidos de pasajeros, el primer destino de los cantores habría sido París y desde allí, en el expreso Midi, se habrían dirigido a Toulouse, donde se encontraba doña Berta. El hecho quedará en la historia como el primer encuentro en Francia entre ella, su familia y Carlos. Tras permanecer unos días como huéspedes de la familia Gardes, los cantores emprendieron el regreso a la Argentina.
El 13 de febrero arribó el dúo vocal a Buenos Aires. Trajeron consigo un proyecto que luego no podrían concretar: un nuevo viaje a Madrid y al Casino de París en octubre.
El 30 de septiembre el diario La Nación anunció: “Hoy martes, a las 22 horas, por Radio Grand Splendid, en la onda de 325 metros, audición a cargo del dúo nacional Gardel-Razzano, que por primera vez cantará en radiofonía, desarrollando un extenso programa de sus más aplaudidos números”. Esa noche cantarían por primera vez en una radio. También otras broadcastings se disputaban el derecho de contar en sus filas al celebrado dúo. Por eso, también en este año se marcó el comienzo de otra historia para los cantores criollos: el 6 de agosto llegó a tierra argentina el príncipe Humberto de Saboya. El Poder Ejecutivo le preparó un programa que abarcaba la visita a Rosario, Tucumán, Córdoba y Mendoza. Y entre los agasajos protocolares, se destacaba la actuación del dúo Gardel-Razzano. Fue la primera vez, pero no la última, que el “Zorzal criollo” cantó para un mandatario o uno de sus herederos.
Este fue el año de los grandes éxitos para el dúo. Incluyeron en su repertorio temas de Filiberto, Aieta-García Jiménez, Piana, Delfino-Vaccarezza, el famoso fox-trot “Pero hay una melena”, de José Bohr y el no menos célebre “Si supieras”, que ocho años antes había sido estrenado en su versión instrumental por Roberto Firpo. Los discos eran su fortaleza inexpugnable, por eso menguaron sus temporadas teatrales. Solo actuaban en el teatro Smart con la compañía de Blanca Podestá. Las representaciones, que comenzaron el 26 de septiembre incluyeron la pieza “María”, de Jorge Isaacs. Y en el segundo acto se ofreció una gran fiesta colombiana, en la que intervinieron otros artistas de jerarquía y quince guitarristas dirigidos por Ricardo y Barbieri, afamados acompañantes del dúo Gardel-Razzano, que los cedieron gentilmente para dicho espectáculo.