Gardel había iniciado una nueva etapa en su carrera. Si bien Razzano se ocupaba de la parte administrativa y financiera, eso sucedía en Argentina, Europa era un capítulo aparte. Gardel sabía que necesitaba nuevos interlocutores que conocieran y supieran del manejo de los negocios en esta nueva latitud, eso significaba que hablaran idiomas y supieran gestionar el negocio artístico.
El 30 de septiembre se presentan en el cine Colón de Rafaela, en la provincia de Santa Fe. Razzano, con su garganta exhausta, no puede seguir cantando y Gardel debe finalizar solo la actuación.
Después de meditarlo toda la noche, al día siguiente José le comunica a Gardel la decisión de abandonar definitivamente el canto. Carlos le ruega a su compañero que no se dé por vencido, que se tome un tiempo e intente recuperarse. Pero esto no ocurre y así queda disuelto formalmente el dúo Gardel-Razzano.
Por Walter Santoro / Martin Sardella
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