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Carlos Gardel y las guitarras de Casa Núñez

SUCESO GARDELIANO N°7 - 16/12/2019

Carlos Gardel y las guitarras de Casa Núñez

Antigua Casa Núñez, concebida hacia 1870, en ese entonces llamada Fábrica de Guitarras Francisco Núñez y Cia. Luego de algunos años de intensa e infatigable labor, logra destacarse como el principal industrial, llevándolo a obtener medallas de oro y diplomas de honor en ferias internacionales europeas. Desde entonces, ha sido el fabricante número uno de guitarras de Buenos Aires y sin dudas, el Tango y Carlos Gardel, no fueron ajenos a su historia, quien hizo famosas sus guitarras de boca estrellada.

En 1858, un inmigrante español llamado Francisco Nuñez, llegó a la Argentina y se radicó en Buenos Aires con el afán de convertirse en el mejor constructor de guitarras del país. Hacia 1870, concibió la formación de la Casa, en ese entonces llamada Fabrica de Guitarras Francisco Nuñez y Cia.

En el año 1894, viaja a Europa para traer todo el montaje de maquinarias modernas que le permitieran la fabricación a gran escala. Luego de algunos años de intensa e infatigable labor, Francisco Nuñez logra destacarse como el principal industrial, superando a reconocidos constructores de Valencia. Dicha labor lo llevo a obtener medallas de oro y diplomas de honor en ferias internacionales europeas.

La perfección de su arte convocaba a notables guitarristas de la época, quienes se reunían en la Casa Nuñez a compartir su técnica guitarrística en conciertos y tertulias allí organizadas.  

Una publicidad del 30 de Enero de 1901, de la revista Cantaclaro, nos permite conocer el rostro del hombre detrás de la marca. (Colección Marcelo Castelo).

Francisco Nuñez falleció en 1919, haciéndose cargo de la empresa su viuda y su sobrino. Hasta que, en 1925, se cambia el nombre de la empresa por el de Antigua Casa Nuñez.

Desde entonces, ha sido el fabricante número uno de guitarras de Buenos Aires y sin dudas, el Tango y Carlos Gardel, no fueron ajenos a su historia, quien hizo famosas sus guitarras de boca estrellada.

Una de ellas tuvo una trayectoria singular, relatada directamente por el Sr. César Benítez, vecino del Departamento de Durazno, de Uruguay:

El domingo 8 de octubre de 1933, en la última actuación de Carlos Gardel en el Teatro 18 de Julio de esa ciudad, Gardel rifó su guitarra con boca de estrella de la ANTIGUA CASA NÚNEZ, a beneficio del Consejo del Niño, institución que reemplazó al antiguo Asilo de Huérfanos y Expósitos del barrio Palermo de Montevideo.

La guitarra fue ganada por la tía del Sr. Benitez, Juana Benitez Olivares, nacida en 1893, miembro de una familia de aficionados a la guitarra. El hermano de Juana, Pablo Mauro Benitez Olivares, fue el depositario de la misma.

Tal vez atraído por la magia de ese instrumento que fuera pulsado por “El Morocho del Abasto”, su hijo Baltazar, hermano mayor de César, comenzó a tocar en forma espontánea, sacando de oído todo lo que escuchaba en la radio o en una victrola que había en la casa: tangos de Gardel, milongas criollas, estilos, tristes…

El contacto con el tango en su propia casa y con sus íntimos en el ambiente pueblerino del Durazno de los años ’50 fue enriqueciendo su firme vocación y su templada sensibilidad y le marcaron un derrotero cierto e irremediable: el cultivo profundo de la música, el dominio de sus formas y sus técnicas, la penetración de sus misterios.

Desde entonces, una carrera ascendente, rotundamente señalada por los iniciales éxitos en Montevideo y España, lo llevó a instalarse en Holanda y he aquí que tanta actividad y pasión desatada, lo llevan a trabar relación con otro grande del tango: Astor Piazzolla, quien le elogia las transcripciones de obras suyas que ha hecho para la guitarra, grabando finalmente 10 de ellas y con quien participa en el «Doble Concierto para bandoneón, guitarra y orquesta» compuesto por Piazzolla en homenaje a la ciudad de Lieja, Bélgica.

Obra que fue estrenada en 1984 en Harlem. Holanda, siendo los solistas el bandoneón del autor y la guitarra del duraznense, a quien Piazzolla invitara expresamente, y estrenada más tarde para Latinoamérica en Montevideo (Cine «Censa», el 23/XII/1984) con ambos solistas y orquesta de cuerdas del SODRE, dirigida por el consagrado bandoneonista uruguayo René Marino Rivero. De inmediato esta ejecución se repitió en Punta del Este, Centro del Espectáculo, el 18/I/1985).

Baltazar Benítez grabó también en Holanda, la obra Antología del Tango con el destacado bandoneonista Alfredo Marcucci a quien acompaña en este video con la legendaria guitarra que perteneciera a Carlos Gardel:

 
Martina Iñiguez para Fundación Internacional Carlos Gardel