SUCESO GARDELIANO N°4 - 12/11/2019
Gardel en Londres: un viaje futbolístico.
Encuentro entre la Selección Española y la Inglesa.
El 9 de diciembre se disputaba en Londres un partido amistoso entre las selecciones de Inglaterra y de España. Gardel estaba filmando en París, Francia. Los jugadores del Barcelona Football Club, en particular Josep Samitier y Ricardo Zamora, le insistieron para que vaya al evento. El Zorzal les había acompañado en el partido de ida de la final de la Copa del Rey de 1928 en Santander, contra la Real Sociedad, que consagraría al Barcelona primer campeón de la Liga Española de Fútbol, y en agosto de ese año Gardel fue el anfitrión del equipo durante la primera gira sudamericana.
El 8 de diciembre emprende el viaje a Londres junto a tres amigos: Edmundo Guibourg —periodista del diario argentino “Crítica”—, a Luis Gaspar Pierotti —su manager —, y a Eduardo Torres Duggan —amigo, propietario de caballos de carrera—.
La presencia de Gardel revolucionó a los españoles, y al resto de los alojados en el hotel. Había reaparecido el muchacho de “La Sonrisa Eterna” y como tal, lo recibieron con auténtica algarabía. Así lo informa un testigo objetivo, el señor Baeza, corresponsal del diario gráfico “Ahora” que dejó escrito: “En el cuartel general de los jugadores han habido días de descanso y de meditación. Ni siquiera se ha jugado un mal «póker”. Han llegado muchos aficionados de los pudientes, y elegantes; como buen porteño, ha llegado también Carlitos Gardel, que no quiere perderse los «chuts ingleses” de su gran amigo Samitier. Los jugadores comen, muchos de ellos, en un salón aparte, y allí había siempre gran jolgorio. Hoy el bullicio se produce en el otro salón, el de los recién llegados. Hasta los ingleses del hotel se han contagiado de la alegría de los latinos, ¡y por unos días esto ha perdido la tradicional seriedad británica!”.
También en el diario “ABC” se constató que: “De España han venido cerca de cuarenta aficionados y el cantor de tangos argentinos Carlos Gardel, que hizo expresamente el viaje desde París”.
El partido se jugó en el antiguo Arsenal Stadium, en el distrito de Highbury. La selección de Inglaterra (camiseta blanca, pantalón negro) estaba integrada por: Henry Edward Hibbs (a) “Harry”, goalkeeper (portero); Thomas Cooper (a) “Tommy” o “Tom”, full back (defensa central), Ernest Blenkinsop (a) “Ernie”, left back (defensa izquierda); Alfred Henry Strange, right half (mediocampista derecho), Austin Campbell, left half (mediocampista izquierdo); William Ralph Dean (a) «Dixie», centre forward (delantero central), Charles William Gee, centre half (delantero centro), John William Smith, inside-right (interior izquierdo), Thomas Clark Fisher Johnson, inside-left (interior derecho); Samuel Dickinson Crooks (a) «Sammy”, outside right (extremo derecho), Ellis James Rimmer, outside-left (extremo izquierdo).
Director técnico: Henry J. Huband.
La selección de España (camiseta roja, pantalón azul) que viajó a Londres estuvo conformada por: Ricardo Zamora Martínez, portero; Ramón Zabalo Zubiaurre, defensa, Jacinto Quincoces López, defensa; Leonardo Cilaurren Uriarte, mediocampista, Francisco Patxi Gamborena Hernandorena, centrocampista, Roberto Etxebarria Arruti, medio; Martí Ventolrà, extremo derecho, Antonio León Amador (a) “Leoncito”, centrocampista, Josep Samitier i Vilalta, centrocampista, Juan Marrero Pérez (a) “Hilario”, centrocampista, y Guillermo Gorostiza Paredes, extremo izquierdo.
Director técnico: José María Mateos.
Árbitro: Dr. Peter Joseph Bauwens (a) «Peco», de Alemania.
Jueces de línea: Stanley Ford Rous, inglés oriundo de Watford, Hertfordshire; y Antonio de Cárcer y Disdier, presidente de la Asociación Española de Árbitros.
La selección española perdió por 7 a 1.
Al termino del partido el Morocho llevaba bajo el brazo la esférica, autografiada por los jugadores y por la comisión directiva. Y se quejaba: «Pero qué goles sonsos hicieron esos yonis… ¡Y nada menos que 7 a 1; sólo voy a volver a Londres cuando juegue un cuadrito de los nuestros!».
El souvenir del memorable evento futbolístico del 9 de diciembre de 1931, quedó entre las pertenencias del artista, en su casa de Jean Juarés 735. Pocos años después de su muerte, doña Marie Berthe Gardes le dio esta reliquia a Francisco Maschio, aquel entrenador uruguayo de los caballos del stud de Carlos Gardel, incluido el legendario Lunático. El 4 de agosto de 2003, el hijo de Maschio, Juan Francisco, se la cedió a su vez al coleccionista gardeliano Jacobo Muhafra. Y luego pasó a formar parte de la Fundación Internacional Carlos Gardel, en 2011. Las firmas en el cuero prácticamente estaban ilegibles, por el paso del tiempo. La Fundación decidió entonces someterlas a un proceso químico que permitiera hacerlas reconocibles otra vez, sacándolas a la luz.
Marcelo O. Martínez