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La última gira de Gardel, una marca a fuego, inolvidable

SUCESO GARDELIANO N°18 - 13/06/2020

La última gira de Gardel, una marca a fuego, inolvidable 

Carlos Gardel, realizó una gira por Latinoamérica en 1935 que tuvo un éxito nunca antes visto hasta ese momento. Gardel ya había decido que esa iba a ser su última gira, tal como lo dejó expresado en sus cartas personales, donde se quejaba del esfuerzo que acarreaba llevar a cabo cada una de sus presentaciones y del enorme sacrificio para su voz al carecer de amplificadores de sonido. El 28 de marzo daba inicio a la que sería su última gira, que comprendía Puerto Rico, Antillas Menores (Curazao y Aruba) y varias ciudades de Venezuela y Colombia y que debía continuar hacia Panamá y Cuba para concluir finalmente en México antes de emprender el regreso a Nueva York, Interrumpida por el trágico accidente que dio comienzo a otra historia.

New York 1935

A comienzos del año 1935 en New York, Gardel filma las que serían sus últimas películas “El día que me quieras”, cuyo argumento se basa en una experiencia personal de Alfredo Le Pera y la bailarina Aída Martínez.  Y en el mes de febrero termina de rodar “Tango bar”.  También filma el cortometraje Cazadores de Estrellas o The Big Broadcast of 1936, donde aparecían otros artistas de la radio como Bing Crosby. 

Ese mismo mes le escribe una carta afectuosa a Azucena Maizani, donde describe: 

New York  febrero 19 – 35 Sra. Azucena Maizani – Buenos Aires

Querida Azucena:

Recibí tu atenta carta, que agradezco, no solo por el saludo afectuoso que me envías, sino también por los buenos deseos que me auguras. Ambas cosas las retribuyo, y que toda la suerte que ansias para mí, la tengas tú. Pocas cosas tengo que agregar a lo que seguramente sabrás, informada por Armando. Trabajando fuerte y parejo. He terminado de filmar una película, que creo superior a las anteriores, según mi propia impresión y la de algunos productores de aquí, difíciles de opinar favorablemente en este sentido. Estoy así mismo contento de mi música especialmente un tanto dramático que ha resultado un verdadero acierto. Te lo recomiendo especialmente, pues te viene formidablemente, para tu temperamento dramático, creo y te auguro harás de el una buena interpretación. Es especial para ti.

Mañana, precisamente, comenzamos la segunda película y una vez terminada, que será en los primeros días de marzo, hare una rápida gira por Cuba, México y Venezuela.

 La Paramount me ha dado permiso unos meses para este propósito, tratare de traerme unos cuantos Dóllares que andan por ahí y que dicen me están esperando. Mientras tanto seguiré practicando Inglés, para intervenir en producciones Americanas, pues he recibido propuestas muy tentadoras. Como puedes ver, todos mis proyectos son de trabajo, y solo espero que me acompañe un poco la suerte y la “santé”.

Te agradezco sobremanera las fotos recibidas. Cuenta desde ya con una mía. Con el amigo Tito Lusiardo te la enviare. Elegiré la mejor, deseoso de que ella pueda mantener, cerca de ti, toda la simpatía y estimación que te tengo.

Espero que sigas cosechando los éxitos que justamente te mereces, y a los cuales estás habituada. Sabes toda mi admiración para ti, como artista, agena a la gran amistad que te profeso. Eres tú la máxima interprete de nuestras queridas canciones, pues agregas a tus condiciones de artista, tu incomparable simpatía, y tus femeninos encantos. Si alguna vez se te presenta la ocasión, no olvides este país, donde también puedes triunfar. Reiterote todos mis buenos deseos para la amiga que desde lejos, me envía sus cordiales saludos.

Presentaras mis respetos al señor Ricardo Colomber, al que desde ya incluyo en el número de mis amigos.

No creo que pase mucho tiempo sin que me de una vuelta por mi querido Buenos Aires, para estrechar la mano de mis camaradas, y oírte cantar como en tus mejores tiempos, mi nuevo tango “Sus ojos se cerraron” (Papusa. Teneme fe).

Recibe, como siempre el testimonio de mi invariable cariño, y la admiración de artista.

Te abraza Carlos.

El 15 de marzo realizó una transmisión desde Nueva York que se emitió en directo por Radio Belgrano, en Buenos Aires. 

Entre el 19 y 20 de marzo registra para RCA Victor las canciones de las nuevas películas. 

El 25 de marzo a pedido de la compañía discográfica realiza una última grabación con un mensaje hablado para promocionar su nuevo contrato de exclusividad con RCA Victor, sus nuevas películas y su próxima gira por Latinoamérica. “Queridos amigos de la América Latina, de mi tierra y de mi raza”, y a continuación detalla los distintos países que visitará: “Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba y México”. 

Después de tantos años intensos cantando en vivo, escribiendo y filmando películas sin descanso, componiendo canciones, grabando discos, dando audiciones de radio, sometiéndose a promociones, reportajes y sesiones fotográficas… Gardel comenzaba a sentir el peso de tanto trabajo y su deseo era tratar de ahorrar y retirarse, o al menos no exigirse tanto; Gardel  ya había decidido que esa iba a ser su última gira, tal como lo dejó expresado en sus cartas personales. Fechada el 15 de febrero de 1935 escribió Gardel a Armando Defino, su apoderado: “Tratá de ubicarme bien el dinero, haciendo todas las economías que puedas, para que el “retiro” sea más pronto, yo no pienso en otra cosa que en esto”. En sus últimas cartas Gardel afirmaba que su verdadero porvenir estaba en el cine y la radio: “Vuelvo a ratificarte mi idea acerca del trabajo teatral. Se acabó. Ya no estoy para estos trotes y la sola idea de ponerme las prendas gauchas me hace caer el pelo… En la radio es otra cosa y en las películas con dos o tres semanas de trabajo y cinco canciones estoy del otro lado”.

La gira

Carlos Gardel llegando a Puerto Rico el 1 de abril 1935.

En la noche del 28 de marzo, Gardel parte del puerto de Nueva York, con destino a San Juan de Puerto Rico, donde arribará el 1° de abril, siendo recibido por una muchedumbre de más de 3.000 personas y debiendo ser protegido por la policía de los admiradores que se agolpaban para verlo de cerca y saludarlo. Al otro día, tuvo una entrevista con el gobernador Blanton Winship, quien lo definió como “ídolo de la raza”.  

En la playa a inmediaciones del Hotel Condado Vanderbil, San Juan de Puerto Rico, 2 de abril de 1935.

Fue una verdadera explosión popular. Estaba previsto que Gardel se quedara diez días pero estuvo veintitrés.  Según Le Pera cada presentación era “una fiesta nacional”. Fueron 22 actuaciones que no sólo incluyeron la ciudad de San Juan, sino también Humacao (3, 4, 5, 6 y 7 de abril), Mayaguez (el 9), Ponce (el 10 y 11 a la tarde),

Frente al Teatro Fox Delicias, San juan de Puerto rico, 10 de abril de 1935.

Yauco el día 11 a la noche, San Juan día 12 por la tarde, Río Piedras el 12 por la noche, sábado 13 en San Juan a las 19:30 hs y en Santurce el 13 a las 21 hs, domingo 14 descanso, lunes 15 en Santurce, martes 16 descanso, miércoles 17 por la tarde en Santurce, jueves 18 en Manatí a la tarde y Arecibo a la noche, viernes 19 descanso, sábado 20 en Cayey a las 16 hs y a las 19 hs en Guyama, domingo 21 en Rio Piedras, lunes 22 en Puerta de Tierra 19 hs y en Cataño 21 hs, entre otras. Tanto trabajo provocó que un día tuviera que suspender una actuación por disfonía. Es que los equipos de sonido de la época eran mínimos y para hacerse oír debía esforzar mucho su garganta.

Carlos Gardel en San Juan de Puerto Rico, abril de 1935.

Almuerzo en Hotel Condado Vanderbilt, San Juan de Puerto Rico, abril de 1935.

El día martes 23 de abril parte desde San Juan de Puerto Rico, junto a su equipo, compuesto por: Alfredo Le Pera, José Corpas Moreno, José Plaja y sus guitarristas, Barbieri, Aguilar y Riverol, donde es recibido por la comitiva local compuesta por Rafael Ramos Cobián y Julio Bruno de la empresa “Teatros Unidos”, que lo habían contratado para actuar en el teatro Paramount de la ciudad de San Juan de Puerto Rico.

En los jardines frontales del Hotel Condado Vanderbilt con uno de los vehículos que le habían facilitado en Puerto Rico, 1935. 

Los representantes de los diarios y revistas del país que se encontraban presentes, tal como Eliseo Combas Guerra del diario “Del Mundo”, Alfredo Margenat de “El País”, Sánchez Ortiz de “La Correspondencia”, Jaime Barceló Díaz de “La Democracia”, Nathaniel Soltero del “Imparcial”, y por ultimo Francisco Acebedo del diario “Puerto Rico ilustrado“ acompañado por el fotógrafo Luis de Casenave, son los primeros en hacerle reportaje y sacar fotografías al astro, entre los que podemos destacar: Revista Puerto Rico Ilustrado, de San Juan de Puerto, Rico, del 6 de abril de 1935.

El Rey del Tango habla para los lectores de Puerto Rico Ilustrado por Francisco Acevedo. La entrevista es rápida y accidentada, los apuntes son tomados de forma entrecortada entre las palabras de Gardel y Le Pera, de modo que la posterior transcripción de esos apuntes está plagada de errores, por responsabilidad del cronista, ya que Gardel jamás solía mentir en sus entrevistas:

Mientras esperábamos que el protagonista de «Cuesta Abajo» saludara a los miembros del comité de recepción, compuesto por el Sr. y la Sra. Ramos Cobián, el Sr. Julio Bruno y varias damas de nuestra «élite» social, fuimos presentados al Sr. José Plajas, su secretario particular, al Sr. Le Pera, su representante y a los Sres. Corpas, Barbieri, Riverol y Aguilar, guitarristas de fama reconocida e inseparables compañeros de Gardel.

Deseosos de complacer a los numerosísimos lectores de «Puerto Rico Ilustrado», asediamos a Gardel tan pronto cambió saludos con los que fueron a recibirle y éste, a pesar de que abajo le aguardaba impaciente la multitud ávida de aclamarle, nos concedió una entrevista.

No había tiempo para preámbulos (el periodista se apresura a aclarar que la nota ha sido accidenteda y que tuvieron que tomar apuntes rápidos) y le interrogamos a boca de jarro: «Señor Gardel, ¿algunos datos biográficos?

«Con mucho gusto. Soy porteño como dicen en mi país. Nací en Buenos Aires y (riéndose) no quiero recordar la fecha. [Sabemos que Gardel no nació en Buenos Aires. El dato falso en la entrevista sin duda lo aportó Le Pera, pues repite lo mismo que ya le había dicho a unos periodistas españoles en Nueva York, poco antes de comenzar la gira. A partir de estas falsas declaraciones, algunos han aprovechado para asegurar que Gardel nació en Bueno Aires, y otros difundieron la frase apócrifa: “Nací en Buenos Aires a los dos años y medio”, que a partir de 1983 tuvo mucho difusión, repitiéndola sin fundamento a pesar de que Gardel jamás la pronunció.] Nos quedamos esperando algo que habría de interesar grandemente a nuestros lectores. Pero muy sigilosamente y como el muchacho que quiere hacer una maldad sin ser descubierto, su representante Le Pera. nos dice al oído «Aunque Ud. no lo crea, el muchacho tiene treinta y seis» [Otro dato falso aportado por Le Pera y no por Gardel]. Entre los periodistas se habían cruzado ya apuestas a que el hombre no llegaba a los veinticinco. 

«Y prosiguió Gardel, fingiendo no darse cuenta de la aclaración. — Desde muchacho empecé a cantar. Fue una manifestación espontánea y súbita mi afición a la música. Cantaba durante las reuniones de mis amigos y en lo que Uds. llaman parrandas.» 

«Y como profesional, ¿cuándo se inició usted? 

Sería difícil decirlo, ya que la palabra es muy elástica. Sé que siendo aún muy muchacho hice mi debut en el teatro Nacional de Buenos Aires [esto ocurrió en 1906 ,pero no como cantor sino haciendo un papel como actor en la zarzuela “Gigantes y Cabezudos”. Cuando lanzó sus primeros discos en 1913 se publicitó como “Artista del Teatro Nacional”].

El público me dispensó mejor acogida de lo que yo soñaba. Pronto me vi solicitado de diversos sitios e hice un recorrido por mí patria. 

«Y luego». 

«Fui a Uruguay. Canté en los principales teatros de la capital. De allí pasé al Brasil. Me enorgullece recordar los aplausos que me fueron prodigados en el teatro municipal de Río de Janeiro y el de San Pablo» [Tanto en Brasil como en Uruguay debutó profesionalmente en 1915, actuando a dúo con José Razzano.] 

«¿En qué año fue Ud. a Francia?

«A principios del 20 [en 1924 estuvo por Francia, junto con Razzano, unos 14 días, entre enero y el 2 de febro; intentaban ver la posibilidad de actuarl en el país pero fueron expulsados por la policía francesa] . Estuve catorce años en Europa [Entre 1931 y 1932 estuvo 14 meses. El periodista transcribe 14 años, lo cual deja claro que quien le entrevistaba desconocía por completo la carrera artísticas del cantor]. Casi todo el tiempo en París, a excepción de mis cortas tournés por Inglaterra, Alemania, España y Austria [es otro dato falso porque Gardel no cantó jamás en los países mencionados, excepto en España; aunque sí puede referirse que hizo un tour como viajero por esos sitios, como turista, pero nunca como cantor]. En París canté en el Campos Elíseos, el teatro Palace y el Empire. Antes había ya debutado en el Apolo de Madrid. Canté también en el Eslava, el Romea. Maravillas, en Santander. Barcelona y muchas otras ciudades españolas. 

«¿Y su carrera en la Ciudad Luz?» 

«De trabajo, aunque bien remunerado al fin”.

Una carta íntima de Carlitos Gardel a Carlos de la Púa, desde Nueva York formula interesantes declaraciones en esta carta que transcribimos, dirigida a su particular amigo, el conocido periodista que ha hecho popular su seudónimo de Carlos de la Púa. Por gentileza de éste, damos en carácter de primicia el texto de esta carta.

 

New York, Marzo’ O de 1935

Señor Carlos de la Púa.

Buenos Aires.

Querido amigo:

Toda la amalgama de cosas que envuelve la vida de este país haciéndola febril y aguda, no hace que yo olvide a los amigos como vos. Testimonio de esto: estas líneas de cariñoso saludo. No puede ser de otra manera, sólo atenciones y buenas ausencias hacen de mí. Sólo palabras de admiración y cariño brotan sinceras de ti. Gracias, viejo amigo, que desde lejos alienta a los que como yo, todos sus actos son miras a nuestro querido Buenos Aires. Ni Europa ni esto me cambian. Trabajo mucho, pero una sola cosa alienta este esfuerzo, haciéndome tesonero y cuerpeándole todos los días a la tentación; mi vuelta al pago. Porque mi viejo, yo también creo que me habré ganado, a pulso. la tranquilidad, pero no la tranquilidad del burgués, que sólo piensa en comer y dormir bien, sino la tranquilidad en compañía de mis mejores afectos, las reuniones en buena compañía, las tenidas mano a mano, las grandes «cantadas» para esos cuatro amigos, que siempre estarán a mi lado, las bromas y algunas que otra «palmera» para despuntar el vicio… Como siempre, viejo, como siempre. Créeme que si no fuera por estas esperanzas, alguna vez ya hubiera largado, pero sería un error de mi parte. La suerte me acompaña.

No puedo quejarme de nada. Mucho es mi entusiasmo por ganarme la tranquilidad, pero no por eso sacrificaría nada que fuera desdoroso o penoso para mí. Buena gente y buenos dólares que multiplicados por cuatro son muchos pesitos.

Proyectos y realidades… ¡como siempre! Acabo de terminar una película «El día que me Quieras». No te oculto mi buena impresión. Asunto, intérpretes, música. Todo, creo se ha juntado para realizar un buen film. Varios directores, entre ellos Martínez Sierra, han dado su opinión, francamente favorable. Son «semáforos», y nunca encuentran nada bien. Pues bien, el mañoso don Gregorio, no ha ocultado la impresión óptima. y sobre todo, la admiración a un tangazo bárbaro que me canto en ella. Creo que las musas se acordaron de mí. Inspirándome para escribirlo. Es bueno, derecho. Pronto lo oirás, pués veo que los muchachos de esa se prenderán y lo cantarán hasta con «ocaraina».

También dicen las malas lenguas, que mi interpretación es muy superior a las anteriores. Sin hacerme mayores ilusiones, debemos aceptar un progreso natural ya que me encuentro más familiarizado con la cámara. y que me gusta mucho el rol que hacía. En resumen, que ésta es una buena película… o yo no sé nada.

Mañana empiezo otra. Terminaremos en quince días. Ya te pasaré el santo, una vez terminada, antes, todas son esperanzas. Enseguida haré una rápida tournée por Cuba, Puerto Rico, México y Venezuela. La Paramount me ha dado unos meses de descanso y yo aprovecho para conocer esos países y traerme algunos dólares, creo que el éxito me acompañará, pues hay verdadera expectativa, perceptible en el interés de los empresarios. Me acompañará un profesor de inglés, puesto por la misma casa Paramount, pues debo regresar sabiendo el idioma de Shakespeare. ¿Para qué?

Para la filmación de una serie de películas Americanas. ¿Qué te parece? ¡A mis años prendido como en mis mejores tiempos! No te oculto todas éstas cosas porque sé la alegría que te proporciono. Esto representa mucho: Dólares y éxito; la tranquilidad se aproxima… la vuelta definitiva. Otra vez amigos, otra vez Buenos Aires, otra vez mi vida. Cuántos motivos entonces de reunirnos, cuántas cantadas en «petit comité». ¡Entre copetín y copetín un cuento… un abrazo… un tango!, una fija y una «palmera».

A mi casa, aquí, los buenos amigos la llaman «la embajada argentina». Le Pera, Enrique de Rosas, Tito Lusiardo, Ernesto Giménez, mis guitarristas, algunos otros argentinos, forman un grupo de amigos que tratamos de —unidos— mantener latente, en franca camaradería, el espíritu porteño. Mucha música, alegría entre mate y mate… y alguna noche whisky y alguna «girl» americana para estrechar lazos americanos… y siempre el mismo final, cuando nos encontraremos otra vez reunidos allí… ¿Y a vos cómo te vá?, espero que estarás bien y contento, con tu buen humor y optimismo proverbiales. Me dicen que aquello está cada día más lindo. ¿Es verdad? Decime que sí. Tengo tantos deseos de volver que a veces no quiero escribir, porque me asalta una pequeña tristeza recordando tantas cosas… toda mi vida hermano.

Hermano Carlos, el próximo viernes cantaré desde aquí para la muchachada de «La Canción Moderna» y no te imaginas con cuánta satisfacción lo haré. Muchachada linda que nunca olvido. Me va a parecer que a través de la distancia, por medio de la radio, estaré con todos ustedes, mis amigos y con ese público para quién tengo siempre a flor de labio una palabra de agradecimiento y un recuerdo grato. Cuando te vea te voy a dar un abrazo, que van a sonar los huesos. ¡Tengo tantas cosas que contarte! Bueno viejo. Lo que no te escribo, pensalo bien, es muy grato para vos. Espero tener pronto carta tuya, te comprometo a ello, y hasta entonces recibí todo mi cariño y la firmeza de mi inquebrantable amistad.

Te abraza.

Carlos

Carlos Gardel en Caracas, Venezuela, abril de 1935.

El día 23 de abril parte con destino al Puerto de La Guayra en Venezuela donde arriba el día 25 donde se aloja en el Hotel Miramar, para dirigirse luego por tren a Caracas, siendo en ambas ciudades recibido por una multitud que nuevamente debe ser controlada por la policía. Se presenta con gran éxito en distintos teatros  y realiza una presentación radial en Caracas.  En la capital venezolana hubo un fervor desbordante. Fue tanto el furor que algunos audaces se treparon al techo del auto en el que viajaba Gardel y rasgaron la capota para tocarlo. Entonces, el hombre se bajó del auto y la gente lo llevó en andas hasta la puerta del hotel Majestic. En Venezuela estuvo casi un mes y realizó unas veinte actuaciones en Caracas (en Teatro Principal 8 actuaciones), el 10 de mayo en el Teatro Rialto de Caracas, en Valencia el 12 de mayo, Maracaibo el 18 y Cabimas el 20, y el 22 retorna a Maracaibo. Además fue invitado por el Presidente General Juan Vicente Gómez Chacón para que cante en su residencia de Maracay, su residencia de verano, conocida como “El tirano de los Andes”. Cuentan que el hombre era muy mujeriego y aficionado a las riñas de gallos. Cuando Gardel supo eso, el primer tema que cantó fue “Pobre gallo bataraz”. Tuvo que repetirlo al final. Como premio, afirman que recibió diez mil bolívares en efectivo.

El día 23 de mayo se dirige a Curazao (dos actuaciones sábado 25 y domingo 26) y en una pequeña embarcación el día 28 llega a Aruba y su comitiva en avión Fokker, presentándose en ambas islas con gran suceso. Esa isla no figuraba en la lista que Gardel anunció en Nueva York. Pero el recibimiento igual fue estruendoso. Cuando llegaron al puerto, todos los barcos amarrados hicieron sonar sus potentes bocinas. Ya en tierra otra vez Gardel fue aclamado. Además de varias actuaciones, el grupo celebró allí la fiesta patria del 25 de mayo. En Aruba Gardel hizo una sola presentación, al aire libre en forma improvisada, y volvieron a Curazao en avión. Fue el primer viaje. Después estuvieron cinco días esperando un barco para ir hacia Colombia.

El 4 de junio arriba a la ciudad de Barranquilla y en auto fueron a Puerto Colombia; allí realizó una presentación en el teatro Apolo el 5 de junio. Hubo entrevistas y actuaciones en radio. El 6 de junio viajaron hacia Cartagena y actúa en el Teatro Variedades. Fue tal el suceso que muchas chicas pedían que Gardel les autografiara los brazos, las carteras y hasta los vestidos. Luego volvieron a Cartagena y de allí volaron a Medellín, el 11, 12 y 13 actúa en el Circo-Teatro España. Se presentó por tres noches consecutivas, en una plaza de toros remodelada, en la radio (Ecos de la Montaña) y en el teatro, ante un numeroso público que colmó la capacidad, quedando una enorme cantidad de gente afuera por la falta de localidades disponibles.

Aeropuerto de Medellín, 14 de junio de 1935. 

De izquierda a derecha: Enrique De Lorenzo, Cayetano Pizzi, Mary Lehar, Francisco D´Amico, Juan Larenza, Emilio Murillo y Carlos Gardel en Gum Club, Bogotá, Colombia, 14 de junio de 1935.

El 14 de junio volvieron al aeropuerto de Techo en Bogotá, donde lo aguardaban 10.000 personas. Ese mismo día por la noche se presenta con enorme éxito que se repite los siguientes días 15, 16 y 17 en el Teatro Real, del 18 al 21 en el Olympia, del 22 y 23 de junio en el Teatro Real. A las 21:15 del 23 se despide a través de la emisora “La voz de la Victor”. Fue una audición especial auspiciada por la SACO (Sociedad Aérea Colombiana), interpretando con el acompañamiento de sus guitarristas Barbieri, Riverol y Aguilar el siguiente programa: “Cuesta abajo”, “Tengo miedo”, “Insomnio”, “El carretero”, “Melodía de arrabal”, “No te engañes corazón” y  luego de una emocionada despedida, interpreta el último tango de su vida, “Tomo y obligo”.

Carlos Gardel en su despedida de Bogotá, junio de 1935.

Carlos Gardel en el aeropuerto de Techo en Bogotá, 24 de junio de 1935.

Ya había una disputa entre las dos empresas aéreas para ver quién trasladaba a la comitiva: la SACO (colombiana) y la SCADTA (Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo). La llegada a Bogotá fue tumultuosa. Ante el permanente clamor popular, el cantor hizo 18 actuaciones en 16 días.

El 24 de junio salieron del aeropuerto de Techo en Bogotá, con rumbo a Cali.  El vuelo hasta Medellín, lugar de escala, duró una hora y media. Hubo un pequeño lunch en el mismo aeropuerto Olaya Herrera y a las 14:58 ya estaban despegando otra vez hacia Cali.  

Después, pasó lo que pasó: el terrible choque de aviones, en el momento del despegue, el estallido de los tanques y el voraz incendio que se cobra las vidas de pilotos y pasajeros. Tras el desastre el cuerpo calcinado de Gardel fue identificado por su magnífica dentadura y por una pulsera que tenía en la muñeca de su brazo izquierdo. En la pulsera había una chapita de oro con la inscripción “Carlos Gardel – Jean Jaurès 735”. Ese era su domicilio en Buenos Aires, la casa que ahora es el museo. Pero ésa es otra historia.

En la última carta enviada a Armando Defino (Bogotá, 20-6-1935) Gardel decía: “…Las noticias que me enviaste de El día que me quieras me produjeron mucho placer. Yo vi la película aquí en Bogotá, en privado; Paramount esta loca con el film. ¡Con decirte que van a lanzarlo en cinco teatros al mismo tiempo en una ciudad donde hay apenas quince cines! … A mí la película me volvió a causar una impresión inmejorable y sigo creyendo que es mi mejor trabajo cinematográfico y que hemos matado el punto con las canciones. Me alegra la noticia de que se estrena en julio y espero que llegaré con los laureles fresquitos a Buenos Aires. Acerca de Tango Bar a pesar de la carnicería, resultó un formidable éxito en una privada dada en New York. Por primera vez en una privada de películas españolas, el público aplaudió y yo recibí infinitas felicitaciones. La Paramount de New York me mandó un cable diciendo que era mi mejor película y que no envidiaba en nada a la otra. ¡Ojalá sea verdad tanta belleza!” (del libro Carlos Gardel, la verdad de una vida)

El mal llamado accidente es otra historia que próximamente relataremos, acompañado  del excelente trabajo que realizada Mauricio Umana.

Walter Santoro para Fundación Int. Carlos Gardel 

Agradecemos muy especialmente los aportes por Juan Manuel Sebastiani, Carlos Benítez y Marcelo Martínez, sin ellos no hubiera sido posible realizar esta nota.