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Viaje a New York, el gran desafío (Cuarte parte, final)

SUCESO GARDELIANO N°42 - 03/09/2021

Sobre el final del año, los días 29 y 31 de diciembre, el cantor filmó su tercera realización: una participación en el film «Cazadores de Estrellas», conocida en el resto del mundo como «The Big Broadcast of 1935”, filmando dos números musicales para “Cazadores de Estrellas”, donde registra versiones del tango “Amargura” en castellano, inglés y francés. Inmediatamente, después de haber concluido la filmación de El día que me quieras Gardel filmó Tango bar.

 Cazadores de estrellas (The Big Broadcast of 1935)

Sobre el final del año, los días 29 y 31 de diciembre, el cantor filmó su tercera realización: una participación en el film «Cazadores de Estrellas», conocida en el resto del mundo como «The Big Broadcast of 1935». Se trata de un film-revista en el que lo secundaron Manuel Peluffo, Celia Villa y Carlos Spaventa. Parte de la producción se efectuó en Hollywood y allí intervinieron Bing Crosby, los niños cantores de Viena, Jack Oakie, Ray Noble y su orquesta y Richard Tauber, entre los más conocidos del momento. Gardel contó al respecto a Armando Defino en una carta fechada el 5 de agosto: “En primer lugar la Paramount me pidió que aplazara el viaje por algunas semanas para darles tiempo de resolver mi inclusión en un film americano de estrellas. Así lo han decidido ya y debo en estos días cantar un tango en tres idiomas para esa película que será una especie de revista donde cada artista hace su número. Desde el punto de vista económico no es nada del otro mundo, creo que me darán un total de dos mil dólares, pero se trata de un día de trabajo y significa la posibilidad de hacerme conocer por todo el público americano y, además, por todo el mundo. Me proponen también hacerme cantar en un próximo film de George Raft. La propuesta es interesante, pero creo que no aceptaré. Ellos (la Paramount) quieren ir acostumbrando poco a poco al público americano entretanto yo pueda aprender el inglés. Comprendo que es una desgracia no saber este idioma, pero hay que resignarse”. En otra carta, fechada el 2 de enero de 1935, Gardel afirmó: “Acabo de hacer el sketch criollo que Paramount incluirá en la Big Broadcast de 1935. En Buenos Aires dirán cuando la vean que el purismo criollo no se ha respetado mucho, pero cuando nosotros quisimos que las cosas se hicieran fielmente, nos contestaron que era un sketch para todo el mundo y que preferían sacrificar la fidelidad a la mejor visualidad y efecto fotográfico. Yo creo que ha salido muy bien y fue hecho sin ahorrar dinero con un director, Mr. Reed, que mandaron de Hollywood y que fue director de muchas películas de Douglas Fairbanck. El sketch representó dos días de trabajo y lo hicimos el 29 y 31 de diciembre. Hemos terminado el año trabajando intensamente y estoy contento porque presumo que es de buen augurio. Hay dos canciones en él: la canción criolla que vos conocés (“Apure delantero buey”), modificada de tal manera que no puede haber conflicto (con “El carretero”) y el tango Amargura que canté en español, inglés y francés.”

Afiche del film “The big broadcast of 1935” (“Cazadores de estrellas”) y escena del film con Carlos Gardel y Celia Villa.

Quizá, valga la pena reproducir un párrafo de alguna de las muchas cartas que envió Gardel a Defino y que en 1965 reprodujo la Revista Tanguera hoy desaparecida: «…esta gente quiere hacer películas conmigo hasta el año 2000, si siguen dando dinero (…). Creo que vamos obteniendo lo que nos proponíamos: artistas argentinos y españoles para los próximos films, mayor tiempo para preparar las películas, etc. Quiero matar el punto en las próximas y espero que lo conseguiré, sin apuro y con mucho detenimiento. (…) Vos sabés cuáles son mis ilusiones para el porvenir: quiero trabajar para mí, para poder darle una situación a mi viejita y para poder disfrutar con cuatro amigos viejos el trabajo de treinta años. (…) Un gran abrazo,  querido Armando, y muchos saludos a los tuyos y a los amigos que valgan la pena.» 

Manuel Peluffo, Carlos Gardel y Carlos Spaventa en el rodaje del film “Cazadores de estrellas”.

Tango Bar

Finalizada la filmación de El día que me quieras, Inmediatamente después comenzó a filmar Tango bar; usando los mismos decorados, el mismo director, y por supuesto el mismo guionista, los mismos compañeros de interpretación, los mismos técnicos, y por supuesto él, quien también usó el mismo smoking. Ambos guiones se habían escrito en forma paralela, hasta se podría decir que “Tango Bar” es una continuación de El día que me quieras, no así las ideas para las canciones, el lugar en que debían aparecer, el carácter de la letra, que dependían enteramente del arbitrio de Gardel. Esto fue la parte lo más difícil del trabajo; Le Pera tenía que escribir a veces una docena de letras antes de que Carlitos le diera su conformidad. Lo mismo ocurría con la música; las exigencias de Gardel eran inconcebibles. 

Carlos Gardel, Tito Lusiardo y Rosita Moreno en la escena en la que se conocen los protagonistas de “Tango Bar”.

La acción comienza a bordo de un vapor, con el cantor de tangos Ricardo Fuentes (Carlos Gardel) alejándose de Buenos Aires arruinado por las carreras de caballos, con destino a Barcelona. En el barco, el protagonista conoce a la famosa artista Laura Montalván (Rosita Moreno), quien es cómplice del tahúr Zerrillo (Enrique de Rosas), quien despluma a los pasajeros en el juego de las cartas. Ambos roban una valiosa joya, Fuentes descubre la situación, pero no los delata por su interés en la actriz. Luego conoce a Ramos (Fernando Adelantado y convienen en poner en Barcelona un “tango bar”. Cuando arriban lo inauguran y Fuentes contrata a Laura Montalván, para socorrerla en una difícil situación, y convence a la policía de su inocencia. Al tiempo Fuentes vuelve a Buenos Aires, se reencuentra con la artista y le declara todo su amor.

El “Tango Bar” y su esplendoroso salón bailable. con orquesta y escenario. Der.: Rosita Moreno, Carlos Gardel, Conchita Vila y Tito Lusiardo, bailando en el escenario de “Tango Bar”.

Tango bar transcurre mayormente a bordo de un barco, como el final de El día que me quieras. Es cierto que Tango bar no hace referencias a El día que me quieras, y que el personaje tiene otro nombre, ahora no es Julio sino Ricardo, sin embargo parece una especie de continuación de la anterior. El artista «puro» de El día que me quieras regresa a Buenos Aires de sus triunfos en Europa y Hollywood, para hacerse cargo de la fortuna y la empresa financista de su padre fallecido, mientras en Tango bar, comienza a dejar de lado la «pureza» para hacer negocios con su arte. Así como Carlos Argüelles exportaba materias primas de Argentina en El día que me quieras, Ricardo exportará su arte en Tango bar. Exportará tango. ¿Qué era un «Tango Bar»? Ricardo se lo explica a un compañero de viaje: se trata a la vez de un «show» de tango, así como una locación lujosa donde exhibirlo. En otras palabras, consistía en una desnaturalización del tango autóctono arrabalero, convirtiéndolo en tango for export. En su libro Tango y cine mundial, Pedro Ochoa pasó revista a varios cientos de películas «extranjeras» que incluyeron tangos, y reconoció en Gardel a uno de los grandes difusores, tal vez el mayor en su época. «Es fundamental tener en cuenta que, De Caro, Gardel y Contursi viajan por el mundo difundiendo su arte y desde luego, los tres, hacen su inevitable paso por París. Gardel es, por sobre todos, quien desarrolla una carrera notable. Estaba lanzado al mundo, para conquistarlo expandiendo nuestros valores como latinos a través de nuestra cultura, y consideraba que llevar el tango a Europa equivalía a lo que había hecho Maurice Chevalier llevando la chanson a los Estados Unidos. De modo que los posibles aspectos negativos de hacer tango for export podía compensarse porque tanto el tango como el artista —él— salían a conquistar el éxito.

Hasta ese momento no existía una perspectiva histórica que le permitiera a Gardel o a sus contemporáneos comprender lo que sucedía cuando el artista «llevaba» el tango a Barcelona, París o Nueva York. La globalización ya estaba en marcha. Era un tema que pronto empezaría a discutirse, del mismo modo que ya se discutían y se rechazaban algunas importaciones como las canzonetas italianas que el Mudo, inauguró ante el público del Río de la Plata y, para su sorpresa, éste repudió. El camino de la exportación era inverso, y al llevar consigo al tango, como llevaba sus maletas, Gardel podía considerar con orgullo que difundía una modalidad artística rioplatense, sin sospechar la posibilidad de que la metrópoli pudiera comenzar a transformarla a su antojo. O el triste destino de los artistas que debían someterse y adaptarse a las leyes de mercado.

Backstage: Carlos Gardel, momentos antes de interpretar “Lejana tierra mía”. Der.: Gardel en el rodaje del film “Tango Bar”. 1935.

No en vano casi toda la película Tango Bar transcurre en un barco, lejos de «tierra firme». En el personaje de Ricardo —como antes en el de Julio Argüelles—, se establecieron claras «marcas» autobiográficas, como si Gardel se hubiera propuesto continuar disminuyendo la distancia entre realidad y ficción, revelando simbólica pero firmemente sus secretos.

Esta vez la trama no envuelve a una figura paternal —que ya había sido resuelta en El día que me quieras—, pero en cambio pone en claro otros rasgos de la vida, la experiencia delictiva y sus aficiones por las carreras hípicas, el juego y las apuestas. Mientras la vida en el delito seguía siendo secreta, las aficiones gardelianas eran conocidas a través de su célebre amistad con el jockey Irineo Leguisamo, o su presencia en los hipódromos, o sus tangos y canciones que incorporaban el tema hípico. Gardel no ocultaba esas aficiones pero faltaba transferírselas a su personaje. Porque sobre todo paulatinamente, Gardel y su personaje estaban fundiéndose en uno.

En Tango Bar Ricardo se declara ducho en juegos de tahúres, y se confiesa en quiebra tras haber perdido todo su dinero en los caballos. La experiencia en hacer trampa y su vanagloria en ser hábil en trucos de ocultamiento pasan de la teoría a la práctica como la de tener una segunda «caja fuerte» oculta tras una evidente. También Gardel perdía abundantes sumas de dinero en los caballos, y había sido participe de la «mala vida».

Tener experiencia consiste en haber aprendido del pasado. 

Backstage: Carlos Gardel cantando en rodaje de escena del film “Tango Bar”, 1935.

Embarcados en la conquista de otros territorios, atrás quedó enterrada la mala vida del Gardel que la vida no había favorecido, económicamente hablando, en el presente, en cambio, el contacto con la delincuencia le permite, al personaje, precaverse contra bandidos, como el que él había tenido que ser. Al presente, entiéndase bien, su personaje es honesto, y con una gran conciencia ética. Gardel debe de haber discutido mucho con Le Pera sobre la necesidad de darle este rasgo central a su personaje, porque era fundamental, para la imagen que Gardel quería proyectar de sí mismo al público y a sus amigos.

También en Julio Argüelles/Quiroga se produce la contradicción de clase social observada en otras películas anteriores o en la que seguiría, Tango bar. Cuando Julio enfrenta la oposición de Dávila al matrimonio de su hijo con Marga, no es para reprocharle el prejuicio social, sino para informarle que, pese a la apariencia, él era parte por origen, y ahora por herencia, de aquella clase social privilegiada.

Carlos Gardel dirigiendo la orquesta en escena del film “Tango Bar”, 1935.

El otro rasgo central y fundamental es la construcción de su carácter y de su hombría a través del arte; el personaje que Gardel quería para caracterizarse a sí mismo era un artista cuyas canciones le permitían transparentar sus sentimientos. Así como en cada momento en que el personaje canta en las películas sus canciones son alusivas a la coyuntura de su drama, y por consecuencia son extensiones de su personaje, del mismo modo el personaje debía resultar una extensión del artista. Resulta difícil decidir si en verdad Gardel tenía el mismo carácter y la misma ética que los personajes que él actuaba, pero todos los testimonios sobre la personalidad de Gardel coinciden con la personalidad de su personaje. Diría más, que en todas sus películas Gardel quiso que sus personajes fueran como era él, y él quiso ser como sus personajes. Una singular negociación entre ficción y realidad, entre historia y deseo, que finalmente acabó por identificarlos en una sola figura.

El rodaje dura unos 15 días aproximadamente, y el 9 de marzo. Tito Lusiardo, a bordo del «Southern Prince», se despide de Nueva York, tras haber cumplido con sus felices trabajos fílmicos al lado del «Zorzal»

Fin de rodaje: Carlos Gardel, Alfredo Lepera y Tito Lusiardo junto al director y el equipo técnico del film “Tango Bar”.

En una carta de Gardel a Defino del 10 de abril le comentó: “Estoy comprometido por seis films, en tres series de dos… Para el primer film que debo comenzar dentro de unos diez días no hemos podido pensar en gente de ésa (se refiere a la ciudad de Buenos Aires). Pero para el segundo proyectamos contratar algunos actores y actrices, tres en conjunto, lo más cuatro. Hemos pensado en Tito Lusiardo, Tita Merello y algunos otros que vos o Arturo Mom crean conveniente… Quien se ocupa ahora de mis contratos actuales de cine es un señor muy bien de ésta que me dedica una atención continuada y que me parece inteligente como lo comprueba el gran contrato firmado. Como sabrás, a ningún artista de cine se le da un porcentaje y hasta las estrellas de Hollywood como Greta Garbo, etc., nunca tienen un 8 o 10 por ciento. Yo he conseguido el 20…”.

Tras la finalización de todas las filmaciones el 15 de marzo. GARDEL CANTA DESDE NORTEAMERICA LR3 RADIO BELGRANO a las 21 horas, una transmisión especial, patrocinada por la revista «La Canción Moderna» (luego Radiolandia).

A través de ésta, su tercera audición desde Nueva York, Gardel saluda al pueblo argentino con sentidas palabras, e interpreta los siguientes temas: «Soledad» (tango), «Golondrinas» (tango), «Rubias de Nueva York» (foxtrot), y «Caminito soleado» (zamba).

19 y 20 de marzo. GRABACIONES DE DISCOS en Nueva York. Terig Tucci, conduciendo su orquesta, que integran Remo Bolognini, Horacio Zito, Rafael Galindo y Juan

Manzo (violines); Joe Biviano (acordeón); Vicente Navatta (cello); Domingo Guido (bajo); y Abraham Thevenet (piano) —en la que se intercala en ocasiones, guitarra, trompeta o castañuelas— acompaña al cantor, en los registros de todos los temas, exceptuando la canción «Guitarra mía», en donde lo secundan los guitarristas Barbieri, Riverol y Aguilar.

Esta obra, juntamente con la repetición de la canción «Apure delantero buey» y el tango «Amargura», constituyen las tres últimas grabaciones, que el gran cantor realiza en su vida.

RCA Víctor

El 22 de marzo Gardel firma contrato con RCA Víctor para registrar en disco las canciones de las películas. En una carta a Armando Defino, Gardel describe el convenio:

Asunto Victor.- Firmé un contrato por un año de exclusividad puramente vocal. Como cantante, claro, no podré cantar durante ese año más que con ellos, pero como autor me reservo el derecho de hacer lo que mejor me parezca. Las principales cláusulas del contrato son las siguientes:

Me comprometo a grabar 24 selecciones como mínimo durante el año de mi contrato. Por cada selección la casa Víctor me paga en concepto de adelanto sobre mis derechos de cantante la cantidad de 116,66 dólares y como autor dólares 66.67. Todo gasto de orquesta, guitarristas etc. corre por cuenta de ellos. Además la casa Víctor me adelanta el importe de diez selecciones lo que significa, ya que todas son mías, la cantidad de 183,33 o sea 1833,30 dólares, dinero que deberé recibir mañana al dar el visto bueno a las selecciones que acabo de grabar. Como el adelanto es relativamente importante y como el contrato es solo por un año, a título de prueba, preferí arreglar a derechos de autor y no a una cantidad fija. Pienso que con la ayuda de las películas y de mi gira, los discos andarán mejor…, …  En cuanto a mi derecho de cantante que es de 3 centavos y medio de dólar por disco, por mal que vayan estos, tendré siempre una cantidad de 233,33 mínima, o sea más de mil pesos argentinos. Lo interesante era hacer un primer contrato con Víctor y a título de prueba creo que es conveniente el que acabo de firmar. En cuanto a los derechos de autor deberán ser pagados en dinero americano, a razón de 2 centavos por disco a cada autor y sin descuentos para ningún editor.

Acabo de grabar diez selecciones que irán saliendo a la venta poco a poco. La Víctor hará una gran publicidad y quiero ver si en este primer año la cantidad de discos vendidos supera al resultado de los años anteriores con Odeón. Ahora sin el lastre de Razzano también mejorarán los resultados económicos. Las clausulas accesorias del contrato son las comunes y podrás leerlas cuando te envié la copia respectiva que solicitaré a Víctor. Acerca de la exclusividad como autor, en Argentina todos podrán cantar mis discos después que Víctor los haya lanzado a la venta. A vos te corresponderá efectuar al control que te parezca necesario y dar las autorizaciones correspondientes para lo cual Le Pera está de acuerdo en darte plenos poderes.

Disco (promocional) RCA Victor “Saludo a mis amigos de America Latina”. Der.: Carlos Gardel junto al Cerebro mágico de RCA Victor.

El día 25 registra los temas, y efectúa un registro hablado —no comercial— a pedido de la empresa Víctor. Estos son los términos con que se expresa: «Habla Carlos Gardel… Queridos amigos de la América Latina, de mi tierra y de mi raza… La casa Víctor quiere que les anuncie la firma reciente de mi contrato de exclusividad con ella, y yo lo hago muy gustoso, porque sé que nuestras grabaciones serán cada vez más perfectas, y encontrarán en ustedes oyentes cordiales e interesados. Yo acabo de terminar dos nuevas películas Paramount: «El día que me quieras» y «Tango Bar», y voy a comenzar una gira que comprenderá Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba y México. Luego visitaré los otros países de nuestra lengua, donde espero tener el gusto de saludarles personalmente.

Estoy ahora en los estudios Víctor de Nueva York, registrando las canciones de «El día que me quieras», la película que quiero de todo corazón, y que dedico a los amigos de España y de la América Latina. Estas canciones, como las de «Tango Bar», las encontrarán ustedes en discos Víctor. Y ahora cedo el micrófono a mi amigo Le Pera, que es el autor de mis películas y de las letras de las canciones.»

Alfredo Le Pera, dice: «Yo felicito a Gardel y a la casa Víctor por este contrato, y en cuanto a mí mismo, al placer de ver registradas mis composiciones en discos de magnífica calidad, se agrega la satisfacción de saberme interpretado por un artista del gran talento de Carlos… Adiós querido público.»

Vuelve a hablar Gardel:

«Y ahora, amigos, les voy a hacer escuchar el tango «Volver», de mi película «El día que me quieras»… Y hasta pronto, muy pronto, mis amigos…»


Walter Santoro

Fundación Internacional Carlos Gardel